El problema del Colegio religioso en La Trinidad

19 de noviembre, 1932.
Acuden 13.

Vuelta el tema de los hortelanos en la plaza y los hortelanos forasteros. Baltasar dice que ya ha intervenido varias veces, que los ha llevado a razón, pero que vuelven a tener problemas, que es una cuestión de amor propio.
Sarmiento cuenta las veces que ha intervenido. Juan dice que hay que solucionarlo, que se prolonguen las medias cañas de asfalto que hay en el Rastro. Vázquez dice que se coloquen en un lado los de la localidad y en otro los forasteros y revendedores. Cruz acepta esta propuesta. Molina Cabrera dice que los hortelanos deben colocarse por mitad en dos filas en la cabecera del Rastro. Se acuerda esto.
El bibliotecario tiene que irse a filas y pide que se guarde el puesto. Se lo dejan a su padre. Garrido Salido, hijo y Garrido Ruiz, padre.
El niño ha empeorado y los padres van a denunciar al médico, además piden una ayuda para llevar al niño a Madrid, para ser operado. Se le concede.
Vázquez dice que el alcalde debe delegar en los concejales obligaciones para poder llevar el cargo. Cruz dice que él ya lo dijo y no le hizo caso. Baltasar dice que decidan ellos.
Duarte protesta porque los Padres no han abandonado el colegio de La Trinidad. Y pide que se cumplan con los acuerdos en las sesiones.
Baltasar le responde que fue el Gobernador el que exigió que se llevase por juzgado y que se aplazase el tema hasta que las nuevas escuelas estuviesen preparadas. Como han sido concedidas, los Padres le aseguraron que en cuanto estuviesen las nuevas escuelas, desalojarían.
Sarmiento también recuerda como Duarte el artículo 26 de la Constitución.
Vázquez dice que en las Cortes está la Ley de Congregaciones Religiosas y que mientras tanto no se instalen las escuelas nacionales, no se vayan los Padres. Desmiente que los Padres hayan dicho que no se irán hasta que los echen judicialmente.
Baltasar le responde que el arquitecto del Ministerio está a punto de llagar para ver las instalaciones, pero que mientras tanto, se pueden instalar las escuelas donde se den los criterios adecuados, que él cree que son todas las concedidas. Y que, por tanto, la congregación debe marcharse.
Vázquez vuelve a decir que no se marchen hasta que no estén las escuelas preparadas porque en la idea del gobierno está que no anden los niños fuera de las escuelas.
Duarte dice que se vayan ya, que están boicoteando a la República haciendo que los niños socialistas griten vive el rey que les meten periódicos en las maletas monárquicos y religiosos.
Vázquez dice que eso se hará sin que el Superior lo sepa. Y Muñoz dice que eso no es cierto y que si lo es, que los niños que hay en el salón, lo digan.
Baltasar dice que ha tenido que retirar a un ahijado suyo del colegio por esa razón. Duarte y Sarmiento también lo dicen sobre sobrino e hijos respectivamente.
Molina Cabrera pide que se les de 8 días.
Duarte dice que no se debe dejar sin escuela a los niños y que, por tanto, los Padres alquilen otro edificio para continuarla.
Baltasar dice que se les va a dar 15 días para desalojar por las buenas y que si no, lo harán por lo judicial.
Protestan los concejales: Muñoz, Vázquez, Tito y Dueñas. Se acuerda lo dicho por Baltasar.
Hay un problema grave: Sarmiento, concejal en la comisión de la Gestión de la Décima, solicitó a un contratista que le diera trabajo en el alcantarillado, obra para la que estaba destinada la partida. Uno de los vocales, Molina González, lo ha denunciado a los centristas, exactamente a Vázquez, y éste lo ha llevado a Pleno (tiene documentos que lo prueban). Toda la comisión ha dimitido, excepto un tal Salido, que lo ha hecho a petición de Baltasar. Los demás dicen que lo han hecho por tener que ocuparse o de su salud o de su trabajo. Concretamente, los dos concejales que hay en la comisión, Sarmiento y Quesada, dicen que al ser obreros, deben ocuparse de buscar trabajo. La sesión está siendo secreta, porque le afecta a un concejal. Baltasar hace una defensa de la inocencia de Sarmiento, explicando que si éste hubiera querido aprovecharse, podría haberlo hecho sin que nadie se enterase, por tanto, no era su intención beneficiarse de su puesto, sino buscarse un jornal en la obra.
Todos los concejales creen en las palabras de Baltasar y Vázquez le pide al componente de la comisión que ha denunciado, que retire lo dicho. Molina González lo hace. Tanto Quesada como Duarte defienden la obra y Vázquez dice que confía en ellos y en el técnico municipal.

23 de noviembre, no hay pleno.

25 de noviembre, 1932.
Acuden 18.

Actúa Molina Cabrera. Baltasar está enfermo.
Vázquez habla del tema de los Padres. El acuerdo de expulsarlos es nulo, por ser ilegal, ya que se adopta cuando estaban los concejales interinos.
Expone una serie de inconvenientes para desahuciar a los curas: una, que el gobierno hacer una nota oficiosa en octubre de 1931, sobre las enseñanzas de las congregaciones, permitiendo éstas hasta que se resuelva otra cosa. Dos, que el dinero que se les da es una compensación por enseñanza gratuita. Tres, que para desahuciarlos, es necesario procurador y abogado, puesto que pagan sus contribuciones y puede pensarse que habitan el edificio en precario. Cuatro, que siendo una actividad industrias se necesita un año de antelación, aparte de las indemnizaciones por la ley de Inquilinato. Por tanto, puesto que el Gobernador dijo que se esperase a tener resolución firme del juzgado, y que el proceso puede acarrear gastos y molestias innecesarias, se espere a ejecutar el acuerdo a la Ley de Congregaciones que está a punto de ser dictada en el congreso.
Duarte le contesta que él mantiene el acuerdo y la minoría socialista también. Porque la situación precaria de la congregación la niega el hecho de que se dediquen a la enseñanza y satisfagan la contribución industrial. Que no hay ideas políticas en este tema sino intereses de Úbeda. Que deben instalarse las doce escuelas nacionales en ese edificio y que para ello, los curas deben desalojarlo.
Vázquez dice que solo ha pretendido recordar lo que el Gobernador dijo y que si se prosigue se puede incurrir en penalidades graves.
Molina desde la presidencia dice que el Gobernador también dijo que si no desalojaban, que se recurriría a la vía judicial, y que por tanto los curas deben agradecer esta tardanza de meses.
Vázquez vuelve a hablar: que después del oficio del Gobernador, se les dijo a los Padres que el tema estaba en suspenso; y propone seguir dejándolo en suspenso hasta la Ley de Congregaciones. Pide que se vote.
Discute con Duarte sobre la votación. Merino dice que parece que se quiere hacer bandera política. Y explica la postura de los padres respecto de la enseñanza después de serles retirada la subvención y su actitud respecto de los alumnos becarios.
Duarte rechaza el tema político y dice que la única cuestión es que dejen el edificio para poder instalar las escuelas concedidas por el Ministerio. Dice que parece que lo que se quiere es que se queden lo padres en el edificio para convencer a las mujeres y luego contar con su voto.
Hay un tumulto en la sala. Se calma.
Cruz interviene y dice que hay que cumplir con el acuerdo y que la minoría socialista siempre ha actuado ecuánime y en justicia. Censura la actitud de los concejales centristas porque parece que vienen al consejo a hacer justo lo contrario de los que les dicta su conciencia.
Merino rechaza enérgicamente esto y dice que ellos vienen a la sala a hacer lo mejor para Úbeda.
Sarmiento dice que el acuerdo que tomó el Ayuntamiento es firme.
Vázquez dice que si se prosigue con la decisión, podría ser muy perjudicial para el ayuntamiento y que debe ser votado.
Duarte dice que no se vota y que la responsabilidad que adquiere la minoría socialista, la acepta.
Vázquez dice que si el acoplamiento de las escuelas al edificio es un problema, habría que consultar al Ministerio.
Duarte le contesta que ya estuvo el Ministerio en el tema y que dijeron que si no se marchaban, que el pueblo de Úbeda los echara.
Vázquez dice que le parece extraño que un Ministerio diga tales cosas y quiere que conste en acta.
Pérez le contesta a Merino que hay ochenta niños.
Discuten otra vez. Y el secretario dice que lo aprobado es legal, pero que los concejales que no estén de acuerdo que salven su voto.
Se hace votación para ver quiénes lo salvan: 9 a 9. La presidencia hace valer su voto de calidad.
Dueñas pide que las casas que no tienen acerados, los pongan y que la caseta de Arbitrios frente al Hospital se traslade.
Merino pide que se haga un paseo en el Alcázar y otro de invierno en la Muralla de San Lorenzo.

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